¡Que bien lo hemos pasado los
Morcueranos!, lo que nos hemos reído comiendo, cenando y haciendo turismo por
Bilbao.
Así da gusto ir a una marcha y ya
estamos esperando la siguiente.La Bilbao – Bilbao ha sido mi primera cicloturista de carretera y la verdad es que tiene poco que ver con las de montaña que he hecho. En primer lugar porque aquí salía arropado de amigos y en mis “grandes” de montaña, nadie me quiso acompañar, jejeje. Por otro lado en estas de carretera hay que ir muy atento con las ruedas que tienes delante, es más fácil hacer el afilador e irte al suelo. Pero sin duda ha sido la más fácil de todas las que he hecho hasta ahora físicamente hablando… Después de la Irati ya cambiare de opinión y seguro que esa se asemeja más a las de montaña.
La marcha consta de 115 kms y algo más de 1.300 metros de desnivel. Es cicloturista 100% no hay tiempos y la salida de hace desde las 8 a las 9 cada 15 minutos. Cada cual decide cuando salir dependiendo de la velocidad media que quiera hacer.
Nosotros salimos con el grupo indeciso, ni pronto ni tarde, a las 8:30
Hay un avituallamiento en el parque tecnológico a mitad del recorrido, antes subiremos varias tachuelillas y el puerto de Unbe, que para los del centro es una tachuelilla más. Hasta allí fuimos tranquilos, mirando al cielo que parecía darnos una tregua después de la tan anunciada lluvia. Apenas 4 gotas que no nos hace ni ponernos el chubasquero.
Después de reponer fuerzas y reagruparnos seguimos nuestra ruta con ganas de ver que tal es el último puerto, en realidad el único y creo que de 3ª categoría… es bastante suave, pero tiene 2 o 3 kms al 8% disfrutones. Ojo, que aunque no tenga grandes puertos sí tiene sus repechos, como digo al final salen más de 1.300 metros de desnivel, que no es mucho pero tampoco es llana.
Antes de eso ya tenemos que ponernos el chubasquero y la lluvia se hace intermitente.
En el puerto pongo un buen ritmo y cuando me quiero dar cuenta estoy solo y así sigo hasta arriba donde paro a mear y ver si llega alguien, pero se empiezan a empañar las gafas y me quedo frío por lo que decido tirar para abajo con cuidado que esta el asfalto mojado.
Pillo una buena grupeta con la que llego a 40 x hora hasta las puertas de Bilbao, completamente empapado puesto que en ese tramo final cae con ganas.
Allí está la familia esperándome en la línea de meta, foto y rápido al coche para no coger frío, no sin antes ver la entrada del resto de la grupeta.
El mes que viene repetimos en la Castro!